Hoy en día, el predominio de la imagen hace que muchos caigan en la trampa de preferir el diseño sobre la información. Hacen tarjetas hermosas, impactantes, impresas por ambas caras, llenas de colores, de formas inusuales… pero son pobres en cuanto a comunicar las habilidades o puesto de la persona.
En Internet hay muchos recursos disponibles para diseñar de forma casera unas buenas tarjetas de presentación. No hay por qué gastar mucho dinero para obtenerlas: podemos personalizar un diseño predeterminado con nuestros datos e imprimirlas en casa. Si se quiere un resultado profesional, no está de más acudir a una imprenta. También puedes utilizar un servicio de impresión en línea, a través del cual podrás conseguir un diseño agradable y una impresión profesional a bajo costo. Claro, que si ya estás cansado de los diseños tradicionales y quieres resaltar del montón, puedes elegir una tarjeta original como las que presentan en esta galería.
Pero lo importante es que la tarjeta, a fin de cuentas, sirva como recordatorio de qué hacemos o quiénes somos a la persona a la cual se la entregamos.
No se trata de un recuerdo personal, sino de una herramienta de trabajo poderosísima que aumenta las posibilidades de hacer negocios, pues nos representan incluso cuando no estamos en contacto directo con un cliente. ¿Cómo sacrificar entonces una oportunidad de negocios por presentar un diseño de vanguardia? Recuerda que tu tarjeta de presentación debe reforzar tu imagen profesional y abrir las puertas a oportunidades de negocios pero, ¿cómo lograrlo si no escribes tu teléfono?