“En los próximos años, espero que la gente pase de vernos como una empresa de redes sociales, a vernos como otra empresa. En muchos sentidos, el metaverso es la máxima expresión de la tecnología social”. Son las palabras de Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, que dan una importante pista sobre la dirección que tomará internet en los próximos años.

En este sentido, las grandes compañías tecnológicas, como la propia Facebook, están invirtiendo ingentes cantidades de dinero para ser los primeros en desarrollar un metaverso plenamente funcional. Pero, ¿en qué consiste esta revolución?


El metaverso es un universo paralelo en el que los usuarios podrán trabajar, hacer sus compras o interaccionar entre ellos de la misma forma en que lo hacen en la realidad. Algo así como un videojuego de hiperrealidad, que utilizaría la tecnología actual (realidad virtual, inteligencia artificial, etc.) para acercarse lo más posible a la vida física de las personas.


Aunque pueda parecer muy novedosa, la idea del metaverso ya se exploró hace años, a través del juego en línea Second Life. Esta comunidad experimentó una gran popularidad en la década de los 2000, y permitía a sus usuarios navegar por un mundo imaginario e interactuar con el resto de usuarios en línea, a través de un avatar. Aunque su base de usuarios ha ido cayendo con el tiempo, este universo paralelo todavía tiene grandes aficionados, que generan alrededor de 60 millones de dólares cada año vendiendo sus creaciones en el juego.

La creación de un metaverso adaptado a las tecnologías actuales promete cambiar por completo nuestra forma de entender internet. Por eso, las grandes tecnológicas se pelean por ser las primeras en lanzar un espacio que pueda dominar la industria en las próximas décadas. Además de Facebook, Sony y Epic Games se aliaron hace meses para empezar a desarrollarlo, con una inversión de 1.000 millones de dólares.

¿Qué negocios se podrán montar en el metaverso?
Uno de los principales objetivos del metaverso es que los usuarios sientan que están en un universo paralelo, aunque similar al actual. Para ello, la actividad económica será una parte fundamental. En este sentido, los habitantes de este nuevo mundo podrán comprar y vender objetos y propiedades o, incluso, montar un negocio.



Además, la actividad económica del universo paralelo no se reduciría al juego. También estaría abierta a las grandes empresas, que podrían formar parte del metaverso a publicitando sus marcas por las calles o vendiendo réplicas de productos reales, como coches, ropa o productos tecnológicos.

Para dotar a la economía del metaverso de realidad, las criptomonedas también jugarán un papel importante. Los pagos podrían realizarse con tokens del propio juego, que se cambiarían por dinero real. Así, dedicarse a vender un producto o servicio en el metaverso puede convertirse en un trabajo real para muchas personas, en aspectos como el diseño de interiores -¿A quién no le gustaría vivir en una casa de lujo, aunque sea en un universo paralelo?-, la compraventa de productos exclusivos o, incluso, la posibilidad de trabajar para otros.

En definitiva, la creación de un nuevo metaverso promete ser un cambio radical de paradigma en la forma que entendemos internet y las redes sociales. Y, en un nicho aún por explorar, el éxito o fracaso de las grandes tecnológicas en este segmento es aún incierto.