Videojuegos, un problema. La sicóloga clínica Marian Piñánez advierte sobre el uso excesivo del videojuego en niños y adolescentes, afirma que se convierte en adicción cuando la conducta domina la voluntad y genera dependencia. “Durante esa situación el niño pierde el control sobre la frecuencia, la intensidad y duración del juego. Además los juegos pasan a tener prioridad sobre otros intereses de la vida y actividades diarias”, explica la profesional.
Cuando esa conducta se mantiene trae consecuencias negativas como por ejemplo, pérdida del interés en aficiones o actividades que antes eran muy importantes, cambios en el peso, alteraciones en el estado de ánimo, irritabilidad, ira y nerviosismo, problemas del sueño y cuadros de ansiedad, estrés o depresión.
¿Qué hacer en estos casos?
Muchos padres muestran su preocupación porque sus hijos pasan muchas horas con los videojuegos. La sicóloga indica qué pueden hacer los padres ante esta difícil situación.
-Limitar las horas de juego. “Un chico entre 9 a 12 años debería de jugar máximo hasta dos horas por día. Es importante que tengan horarios de sueño y alimentación”.
-Interiorizarse sobre el tipo de juego de los chicos y monitorearlos.
-Es fundamental que los chicos hagan deportes o actividades físicas.
-Compartir con los niños el mundo de los videojuegos y jugar con ellos pero estableciendo los límites de tiempo sin prohibir la utilización.
Señales de alarma
Por su parte, la sicóloga explica que hay una serie de señales de alarma para que los padres tengan en cuenta si sus hijos están enganchados a este tipo de juegos:
- Tristeza o ira por apagar el juego.
- Problemas para comer, dormir e incluso para ducharse.
- Bajo rendimiento en el colegio.
- Una mala relación con los padres.
- La conducta de juego interfiere gravemente en las actividades diarias.
- Cuadros de ansiedad, estrés o depresión.
Fuente: Diario ultima Hora