La curiosidad es un rasgo determinante en las personas geniales. Es difícil encontrar a individuos que se destacan intelectualmente que no sean personas curiosas. Al explotar nuestra curiosidad desde los años de prepa, habremos desarrollado este hábito para cuando lleguemos a la universidad.

¿Pero por qué es tan importante la curiosidad? A continuación, exponemos 4 razones:

1. Hace que nuestra mente esté activa en vez de pasiva.

La gente curiosa siempre se formula preguntas y busca las respuestas en su mente. Así, siempre se encuentra activa. Dado que la mente es como un músculo que se fortalece mediante el ejercicio continuo, el esfuerzo mental que va implícito a la curiosidad hace que ésta se vuelva cada vez más fuerte.

2. Inclina a nuestra mente a estar atenta a nuevas ideas.

Cuando sentimos curiosidad por algo, nuestra mente está atenta y anticipa nuevas ideas relacionadas con eso. Al surgir las ideas, pronto son reconocidas.

Sin curiosidad, las ideas pueden pasar frente a nosotros y, sin embargo, nos resultan extrañas porque nuestra mente no está preparada para reconocerlas. Piensa en esto: ¿Cuántas excelentes ideas pueden escapársenos por falta de curiosidad?
 





3. Nos presenta nuevos mundos y nuevas posibilidades.

Al ser curiosos podrán apreciar nuevos mundos y nuevas posibilidades que normalmente se encuentran ocultos. Se esconden detrás de la superficie de la vida normal, y se necesita una mente curiosa para mirar por debajo de la superficie y descubrir estos mundos y posibilidades.

4. Aporta emoción a nuestra vida.

La vida de las personas curiosas está lejos de ser aburrido. No es aburrido ni rutinario. Siempre existen cosas nuevas que les llaman la atención, siempre hay nuevos “juguetes” con los cuales jugar.

En lugar de aburrirse, tienen una vida de aventura. Ahora, conociendo la importancia de la curiosidad, debes aprender a ser más curiosos en esto: ¿cuántas excelentes ideas pueden escapársenos por falta de curiosidad?

 
Cómo desarrollar la curiosidad

A continuación, ofrecemos algunos consejos para que lo puedas desarrollar:

1. Mantén la mente abierta.

Esto es esencial para quien desea tener una mente curiosa. Está abierta a aprender, desaprender y volver a hacerlo. Hay opiniones que conocemos y creemos que pueden estar equivocados. Debemos hallarnos preparados para aceptar tal posibilidad y cambiar de perspectiva.

2. No des las cosas por sentado.

Si sólo aceptas el mundo tal como es sin intentar profundizar más, sin duda perderás tu "divina curiosidad". Nunca des las cosas por sentado. Trata de cavar más profundo debajo de la superficie de todo lo que te rodea.

3. Formula preguntas sin descanso.

Una forma segura de profundizar debajo de la superficie consiste en que formulemos preguntas: ¿Qué es eso? ¿Por qué está hecho de esa manera? ¿Cuándo se hizo? ¿Quién lo inventó? ¿De dónde viene? ¿Cómo funciona? Qué, por qué, cuándo, quién, dónde y cómo son los mejores amigos de los curiosos.
4. No etiquetes algo como aburrido.

Siempre que etiquetes algo como aburrido, te cerrarás una puerta más de posibilidades. Es poco probable que las personas curiosas consideren aburrido un tema en particular. En cambio, siempre lo ven como una puerta a un universo nuevo y emocionante.

Aunque no cuenten con tiempo para explorarlo, dejarán la puerta abierta para que puedan visitarlo en otro momento.

5. Considera el aprendizaje como algo divertido.

Si considera que el aprendizaje es una carga, no habrá forma de que desees profundizar en nada. Esto sólo hará que dicha carga sea más pesada. Pero si piensas que aprender es algo divertido, naturalmente tendrás el interés de profundizar más.

Así que mira la vida a través de los lentes de la diversión y la emoción y disfruta de todo proceso de aprendizaje.





6. Lee diversos tipos de lectura.

No le dediques demasiado tiempo a un solo mundo; echa un vistazo a otros mundos: te aproximará a las posibilidades y la emoción de otros mundos que podrían despertar un interés por explorarlos más.

Una forma sencilla de hacerlo es mediante diversos tipos de lectura. Intenta elegir un libro o una revista sobre algún tema nuevo y deja que alimente tu conocimiento con la emoción de un universo desconocido.

Este hábito, el de ejercitar tu curiosidad, no sólo te aportará recursos y herramientas inimaginables a lo largo de toda tu vida, sino que será un eficaz antídoto contra cualquier especie de tedio. Te ayudará a emprender una búsqueda constante en torno a temas o aspectos que antes habían permanecido ocultos.